Fobia social
ResumenLas investigaciones indican que los miedos y las fobias son significativamente más frecuentes y surgen en respuesta a una mayor variedad de estímulos, entre los niños con trastornos del espectro autista (TEA) que entre sus compañeros con discapacidades del desarrollo o de desarrollo típico. Estos hallazgos son problemáticos dada la dificultad de evaluar e identificar los miedos o fobias entre la población con TEA y el reto de identificar tratamientos eficaces para aquellos con déficits diagnósticos básicos en la comprensión, la comunicación y las habilidades atencionales. La presente revisión tuvo como objetivo evaluar la literatura que describe las intervenciones para tratar los miedos, la fobia específica o la fobia social entre los niños con TEA e identificar la práctica basada en la evidencia en esta área. La revisión indicó que una variedad de intervenciones, descritas como tradicionales y novedosas, tuvieron éxito en el tratamiento de las respuestas conductuales temerosas o fóbicas a los estímulos. Los resultados también sugieren que la intervención conductual, incluyendo el refuerzo, el modelado y la exposición, puede considerarse una práctica basada en la evidencia en el tratamiento de los miedos y fobias entre los niños con TEA. Sin embargo, la base de investigación actual está limitada por el enfoque predominante en el elemento conductual de la respuesta de miedo, y la falta de investigación que examine las respuestas cognitivas o fisiológicas durante la evaluación o el tratamiento.
Respuesta fóbica
En general, después de revisar todos los datos recogidos en nuestra investigación, hemos llegado a la conclusión de que las experiencias de aprendizaje social, como las relaciones familiares/cercanas, las películas/literatura infantil que representan a las arañas, están relacionadas con las fobias a las arañas. Esta información puede ser útil porque puede decirnos mucho sobre la raíz de la aracnofobia, entender cómo se desarrolla la fobia y qué factores o estímulos afectan a la reacción de un individuo ante una araña. El impacto de este estudio puede hacer que los individuos sean más conscientes de cómo su influencia puede afectar directamente a los demás e incluso alterar la forma en que las personas ven aspectos del mundo a lo largo de la vida. Podemos concluir que los factores externos, como la forma en que se representa a las arañas en las películas, los libros y los miembros de la familia, se corresponden con la forma en que una persona reacciona y se siente con respecto a los arácnidos.
Fobias ambientales
Las fobias son miedos persistentes y extremos que no guardan proporción con la amenaza real que se plantea. Una fobia puede ser a un objeto o una situación, con un fuerte deseo de evitar el miedo y, en algunos casos, una incapacidad para funcionar en tareas normales (como un trabajo o una situación social).
Las fobias forman parte de varios trastornos de ansiedad, entre los que también se encuentran el trastorno de pánico, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de ansiedad generalizada. A diferencia de los trastornos de ansiedad generales, una fobia suele estar relacionada con algo específico. Las fobias específicas más comunes son las relacionadas con los animales (por ejemplo, serpientes y arañas) y las fobias situacionales, como el miedo a los espacios cerrados (claustrofobia) o a viajar en avión.
La fobia social, el miedo a ser juzgado negativamente, a menudo no se reconoce porque a los pacientes no les gusta hablar de sus miedos. Tampoco se reconoce porque los clínicos la confunden con la timidez, o juzgan que la depresión secundaria o la dependencia de sustancias es el trastorno principal.
Fobia
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Las fobias son miedos extremos que imposibilitan el funcionamiento normal. Las fobias pueden surgir de experiencias realmente negativas, pero como son abrumadoras y a menudo irracionales, se vuelven incapacitantes. Hay muchos tipos diferentes de fobias; algunas de las más comunes son:
Aunque los miedos son una parte inevitable del ser humano, la mayoría de ellos pueden controlarse y gestionarse. Las fobias, sin embargo, provocan reacciones psicológicas y físicas que son difíciles, si no imposibles, de manejar. Por ello, las personas con fobias hacen todo lo posible para evitar el objeto de sus temores.
Los estudios demuestran que los gemelos que se crían por separado tienen un índice superior a la media de desarrollar fobias similares. Otros estudios demuestran que algunas fobias son hereditarias, y que los familiares de primer grado de los que padecen fobias son más propensos a desarrollarlas.